Una pareja dispareja
Estos jóvenes parecen estar disfrutando mucho de aquel espectacular atardecer en la playa. Tal es así que pidieron que les saquen un retrato y al llegar a casa ella se encargó de transferirlas al ordenador. Y justo antes de subirla a su perfil, encontró un detalle un poco insignificante…
Es probable que nadie se haya fijado en los pies de su novio. Creemos que no están tan mal. Buscar y añorar la perfección en el cuerpo ajeno le ha costado a esta muchacha un gracioso desenlace: ahora quien llama la atención es ella por sus extraños pies de rana.
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