Un vestido sin dueña
Esta pareja se halla de fiesta y uno de los dos ha tenido ganas de conmemorar la tarde con una foto. Se ven bien arreglados e irradian felicidad, pero al momento de revisar la imagen, él percibe que algo le molesta: es el largo del vestido de su acompañante.
A James no se le escapa nada y mira cómo lo deja en evidencia. Es realmente hilarante: pues ha conseguido que la prenda sea más larga, pero ha perdido ahora a su novia. Así de simple: no hay quién lo use. Estamos seguros que a ella le ha resultado comiquísimo.
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